viernes, 18 de octubre de 2013

COSECHANDO EN MEDIO DE LAS TORMENTAS…





Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios que le permitiera mandar sobre la Naturaleza

para que , según él, le rindieran mejor sus cosechas.

¡Y Dios se lo concedió!

Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía;

Cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor;

Si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc.



Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sombro y estupor

fueron grandes, porque los resultados fueron un total e inesperado fracaso.

Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué las cosas salieron tan mal,

si él había puesto los climas que creyó convenientes.

Y Dios le contestó:

–“Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía a tu siembra.

Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra,

ahuyentar las aves y animales que la consumen, y purificarlas de plagas que la destruyen ...



Moraleja:

Todos podemos caer en la tentación de procurar que nuestras vidas estén rodeadas de puro amor y dulzura, nada de problemas. Creemos que somos afortunados y exitosos cuando nuestras vidas carecen de estrecheces y dificultades.



Entonces podemos decir que…

§  Las dificultades son ventajas disfrazadas infortunio.

§  Los fracasos hacen madurar y crecer a las personas que los atraviesan.

§  Que las tormentas que hacen estallar en el pensamiento miles de relámpagos por segundo, también emanan la luz purificante que genera la fe, la paciencia y la templanza, atributos necesarios para cosechar buenos frutos aún en tiempos de tormentas.



” Aunque el Señor te dio a comer adversidad y a beber sufrimiento, él seguirá contigo a fin de enseñarte; verás a tu maestro con tus propios ojos.” Isaías 30:20.