martes, 24 de mayo de 2011

¿PORQUE NOS OFENDEMOS?



Diez pasos para mejorar nuestras relaciones interpersonales.


Porque olvidamos lo que Jesús nos enseñó.
Mateo 7:1-5,12.


Ponte en los zapatos de los otros primero: todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”





DIEZ MANDAMIENTOS PARA ENFRENTAR  NUESTRAS DIFERENCIAS.



1-     Amen a las personas más que a sus opiniones
Cualquiera que ame a sus opiniones más que a los demás, defenderá sus opiniones y ofenderá y destruirá hasta a sus mejores amigos.



2-    Dele a los demás el beneficio de la duda
Generalmente tratamos nuestros asuntos con el corazón y los asuntos ajenos con la cabeza. Tenemos misericordia de nosotros mismos, pero juzgamos y condenamos a los demás con dureza. Si queremos construir relaciones sanas y duraderas, debemos tratar a los demás con misericordia y tratarnos a nosotros  mismos con la razón. (Mateo 7:1-2; Romanos 14:12-13). En otras palabras, la palabra del Señor nos insta a ser más racionales e imparciales en nuestro juicios.



3-     Aprenda a ser flexible
Thomas Jefferson dijo alguna vez: “En cuestiones de principios, sed firmes como una roca; en cuestiones de gustos, seguid la corriente. “Si se trata de cumplir la palabra de Dios, nadie me moverá de “Mis convicciones,” es asunto de principios; pero si se trata de colores, estilos, los días entre semana que nos reunimos para estudiar la palabra de Dios, las comidas que preferimos, entonces seamos flexibles y respetemos la idiosincrasia ajena. Entre más grande es un cristiano, más sencillo y parecido a Cristo  se vuelve.



4-    Tenga misericordia
Muchas personas que defienden sus acciones,  lo hacen no porque no saben que están haciendo algo malo, sino porque se aferran a sus pecados y no quieren someterse al cambio. Por otra parte, hay otro grupo de personas al que su orgullo les impide reconocer públicamente que se equivocaron.  Si de verdad queremos ayudar a un hermano a librarse de su pecado, debemos hacerle ver su error a la luz de la Biblia (Hebreos 10:22,26-27), y una vez que ha dado muestras de reconocer su error retírese, no lo atosigue  y déjelo que se recupere. Sea discreto y no divulgue las intimidades de su hermano, para que de manera pública, se haga notar cuán eficaz es resolviendo conflictos, o cuán pecador resultó ser ese hermano. Las personas deben ser algo más que trofeos que muestren al mundo cuán sabios y eficaces somos y cuánta  razón siempre tuvimos. Hay un hermano que utiliza un término simple pero eficaz para definir Misericordia: “es  no tratar a alguien con el mal que se merece” (Gálatas 6:1).



5-     Controle su propia actitud
Muchas veces las relaciones no prosperan porque nuestras actitudes no son las correctas. Debemos formularnos ciertas preguntas para saber si estamos actuando correctamente. Por ejemplo, si tenemos conflictos con varias personas a la vez, existe una gran  posibilidad  de que el problema radique en nosotros y no principalmente en las otras personas con quien tenemos conflictos. ¿Estoy continuamente en conflicto con otras personas o se trata de una excepción? La actitud con que vemos a las personas, determina en gran manera cómo percibimos lo que ellas  sienten acerca de nosotros y ellas a su vez, también perciben lo que sentimos por ellas.



6-     No reaccione de forma exagerada
Es común enfrentar a conflictos todos los días, no los magnifique al exagerarlos. No suelte una bomba para ahuyentar a una hormiga. Recuerde que Dios lo mandará a arreglar su propio desastre.



7-     No se ponga a la defensiva
Cuando estamos a la defensiva en una relación, tratando de defender nuestros argumentos solamente,  estaremos expuestos a ser injustos con los demás y el problema nunca se resolverá.



8-     Acepte el conflicto
Hagamos del conflicto un aprendizaje no la raíz de nuestra amargura.



9-     Arriésguese
La mayoría de las personas no trabajamos en resolver el conflicto porque tenemos miedo al rechazo. Tenemos miedo a hacer el ridículo o que los resultados no sean los esperados.
Hay personas que se construyen fortalezas de cristal, muy buenas para maniquíes pero no para seres humanos. Si alguien le hiere es porque se permitió ser vulnerable ante esa persona (algo muchas veces difícil de evitar). Sin embargo, está bien si no lo pudo evitar, algo aprenderá de ese doloroso o penoso incidente. Esté dispuesto a correr el riesgo y verá que también hay personas en las que sí se puede confiar. Al final, resulta hasta saludable de vez en cuando permitirse ser vulnerable porque es una buena forma volvernos más fuertes.



10-  No envidie ni calumnie a nadie
Sea la razón que sea, y verá que se gana el respeto hasta de sus peores escarnecedores (acusadores).
La única competencia  que podemos permitir en nuestras vidas es con nosotros mismos. Su competencia es usted mismo y uno de sus peores enemigo su lengua (Santiago 3:2,4-6) Uno es esclavo de lo que dice y amo de lo que se calla.”
El controlar lo que decimos o sentimos requiere de mucha disciplina y autocontrol, pero Dios está siempre presto a ayudarnos (Isaías 1:16-20).



SI NO ES VERDADERAMETE NECESARIO Y EDIFICANTE NO LO DIGA, NO CAIGA EN NECEDAD (I Pedro 3:10-13).





 La próxima vez que un hermano encantador, carismático pero suelto de lengua venga a hablarle algo de alguno de sus hermanos para perjudicar su reputación, exhortélo con cariño y ofrezcále la opción de hablar de Cristo para bien de su alma. verá cómo contribuye al cambio y promueve las buenas relaciones entre cristianos.




Tomado de "Sé Todo lo que puedas ser." Escrito por Jonh C. Maxwell