- Hay un tercer grupo, que entiende que no es correcto ser contenciosos. Estos cristianos saben que no pueden alejarse de la iglesia del Señor, pero no saben qué hacer; Así que, equivocadamente, sufren en silencio y le piden a Dios que haga pasar esta crisis lo más pronto posible, para así poder volver a la rutina de tranquilidad y comodidad habitual en la iglesia: llegar los Domingos y sentarse, oír la prédica, tomar la santa cena, convivir con los hermanos durante el receso (tiempo intermedio entre el culto de adoración y la clase bíblica del Domingo, que la mayoría de las congregaciones tienen), y luego de haber cumplido, irse a sus casas. Este grupo de hermanos, cuando surgen problemas en la iglesia, tienden a reaccionar con apatía ó desánimo hacia las diferentes actividades de la iglesia. El típico razonamiento “Yo por eso no me involucro en ninguna trabajo en la iglesia para no tener problemas” es común en ellos.
viernes, 22 de abril de 2011
Armonía Deliciosa: Nuestro Reto
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