viernes, 22 de abril de 2011

Hola, queridas hermanas, reciban un fuerte abrazo y muchas bendiciones.
Hoy, estaremos compartiendo  la lección #2 de la porción del estudio "Armonía Deliciosa," escrito originalmente por nuestro querido hermano Larry White.




               


Contiendas Personales: Orígen y causa del conflicto
                                                  
                            Causas Fundamentales

A.    Nuestra naturaleza: la  variedad de colores, razas y personalidades en el ser humano, son los mejores indicadores para describir nuestra inigualable y tan singular naturaleza. Dios nos diseñó para convivir juntos en su iglesia, poner en uso las capacidades que nos fueron dadas por  Dios, y así aprender los unos de los otros  para engrandecer el reino de Dios.

BEl apóstol Pablo nos hace la siguiente petición: “Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor.  Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” 
Efesios 4:1-2,11-13.

I. El origen del conflicto

A.  Definición: el diccionario define como contienda a “lo más recio del combate,” provocado por la tensión que surge entre intereses opuestos

  1. Muchas veces, los conflictos o desacuerdos resulta de no comprender el modo de pensar o reaccionar de las diferentes personas que nos rodean (intolerancia), y podemos experimentar contrariedad y disgusto cuando sentimos la interferencia de alguien en nuestras metas y deseos (competencias y rivalidades). Otras veces, el conflicto resulta porque suponemos que nuestro  modo de pensar y actuar debe ser el único aceptable (actuamos con arrogancia y soberbia). En el peor de los casos, muchos ni siquiera comprendemos lo que nos mueve a reaccionar de la manera en que lo hacemos (no nos conocemos). Romanos 12:3; II Timoteo 2:14.

B. Su epicentro: Santiago 4:1 “¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?”  (versión Internacional).

La mente, es el lugar en donde se origina nuestros pensamientos, y nacen nuestros deseos, tanto buenos como malos. Mateo 15:19.
  1. Los deseos, son las “aspiraciones” o “anhelos” producto de un interés personal por adquirir algo.
  2. Cuando el afán de realizar nuestros deseos o intereses personales se ven afectados por intereses contrarios,  surge una reacción explosiva en nuestro interior.
   
a) El apóstol Pablo, que es un ejemplo a seguir para muchos de nosotros, cristianos, nos da una excelente explicación sobre su propia realidad. Romanos 7: 14-15,17-24.
b)    Las pasiones o emociones son las acciones violentas o abruptas del ánimo, movidas por nuestros deseos buenos o malos (amor u odio).
c)     Santiago1:13-15, nos dice que cuando somos atraídos por nuestros malos deseos pecamos.
d)    La tentación es la insinuación o invitación a pecar. La concupiscencia es el apetito, placer o deseo por hacer algo malo.
e)     Nadie está excepto. Esto incluye a los grandes hombres de Dios. II Samuel 11:2-4.

C.     El problema no siempre es el problema. 

 1. Sincerémonos
Para encontrar la verdadera razón del conflicto es necesario ser totalmente honestos con nosotros mismos y analizar nuestros sentimientos; Qué nos mueve a contender con otras personas y tratar de averiguar qué les mueve a ellos a contender con nosotras.

  2. Nuestra mente es la bóveda donde escondemos las verdaderas razones de nuestros desacuerdos que por lo general, tiene mucho que ver con nuestro ego herido y la resistencia que ponemos a reconocer que estamos equivocados. Este tipo de sentimiento por lo general, son altamente destructivos (Ester 3: 2-13,7:1-10).
 Satanás es el único que verdaderamente se beneficia al sembrar discordias entre hermanos. El es muy astuto, y si se da cuenta que tratamos de resolver el conflicto de manera superficial, nos vencerá por medio del engaño.

  3. Se necesita por lo menos dos para entrar en conflicto y por lo menos uno de los involucrados para salir de el mismo.
a)     Todas podemos llegar a tener desacuerdos con otras personas más de alguna vez, pero debemos evitar que se conviertan en encarnizadas contiendas que causan heridas muy profundas y difíciles de sanar. -El Maestro de maestros, nuestro Señor Jesús, nos enseñó una de las etiquetas de relaciones públicas más importantes para la convivencia entre hermanos.
“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” Mateo 7:12.
b)    El apóstol Pablo nos dice: “llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.  No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.  Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.”  Filipenses 2:2-4.

-Conociendo y aceptando que nuestra mayor lucha no es contra Satanás o nuestros hermanos sino contra nuestra propia naturaleza pecaminosa, es el primer paso para enfrentar y vencer las tan temidas contiendas personales. Debemos recordar la razón por la cual fuimos añadidos a la iglesia del Señor, nuestra incapacidad de poder pagar el precio por nuestros pecados. Debemos hacer conciencia que nuestros hermanos estan en la misma condición que la nuestra, luchando por la salvación, y que sus defectos y luchas no son más "pecaminosos" que los nuestros, sino diferentes.

En la próxima lección estaremos hablando sobre las actitudes carnales.
¡Qué el Señor les bendiga!!!!

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